jueves, 26 de mayo de 2016

CLAUDIO SÁNCHEZ ALBORNOZ: ESPAÑOLES, NO SEÁIS LOCOS.


En 1976 regresó a España provisionalmente, desde su exilio en Buenos Aires, el historiador y político español, ministro durante la Segunda República y presidente de su Gobierno en el exilio entre 1962 y 1971, Claudio Sánchez Albornoz. En 1983 volvió y se asentó en Ávila definitivamente, y el 8 de julio de 1984 falleció en esta ciudad, siendo enterrado en el claustro de su catedral.
Como quisiera la casualidad que el fin de semana de su fallecimiento viajara a mi casa de Ávila desde la ciudad de La Coruña, donde entonces trabajaba, tuve el privilegio de poder asistir en el Gobierno Civil a la capilla ardiente que en él se instaló en su honor y rendirle el pequeño homenaje de mi despedida. Esto me complació más aún por cuanto yo conocía a dos de sus nietos, aproximadamente de mi edad.
Años después, revisando viejos periódicos, encontré en uno de ellos el extracto de una entrevista que le hicieron con ocasión de aquel primer viaje de 1976.  Lo publicó "La actualidad española", y en verdad que no obstante haberse vuelto ya amarillento el papel que lo recogió podría creerse que la tinta de este artículo está fresca todavía. Si me he animado a publicarlo, a pesar de su tono un tanto apocalíptico, ha sido por proceder de la enorme solvencia intelectual de D. Claudio, una autoridad como pocas en la Historia de España, cuya lucidez mental además, en el momento en que las pronunció, e independientemente de la emoción que pudiera embargarle en aquellos días cruciales de su regreso a la patria tras el fin de la dictadura, está fuera de toda duda. Me gustará, en fin, compartirlas y reflexionarlas con vosotros, como hijo que soy de esas dos Españas de Machado que debemos abolir para siempre.