Hice esta foto en Chile hace unos años. Siempre me ha gustado mucho, y creo que es porque la línea de la espalda del perro se prolonga hacia arriba en la loma del volcán nevado. Ese volcán, el Osorno, también parece un gorro de fiesta atado a la cabeza del animal con la cinta roja del cuello. Quizá lo que más llame la atención en un primer momento sea su lengua, larga cuchara de porcelana rosa. No sabemos hacia dónde mira el perro, y no creo que sea hacia el balón de la izquierda, que en mi opinión queda fuera de sus intereses. En todo caso, da la impresión, a mí al menos, de que es un muchacho excelente.