El escritor Eugenio Feijoo ha hecho un comentario crítico a mi relato Te lo comía todo menos las zapatillas, incluido en la antología IMPOSIBLE NO COMERSE (EN EL VOLCÁN DE LOS AMORES CANALLAS) publicada recientemente por la Editorial Lastura, que tengo el gusto de reproducir a continuación.
TE LO COMÍA
TODO…
En la literatura, como en el resto de las artes, tenemos la
costumbre de clasificar a los autores y buscarles un parecido con otros
anteriores pese a que algunos, como Ramón Jiménez, donde mejor se encuentran es
en el cajón de los inclasificables. Su relato “Te lo comía todo menos las
zapatillas” es, para mí, una nueva justificación para estrujar el lenguaje y
sorprender con el análisis de una realidad entre verdadera e inventada.
Durante la lectura de esta historia, lo que menos espera el
lector es llegar a ver qué pasa, en que acaba la cosa, sino adivinar qué dirá y
cómo lo dirá el autor. En cada párrafo hay una referencia a la actualidad, a la
historia de la humanidad, a los ideales y a los vicios de los humanos. La
referencia al cocodrilo es lo de menos, porque igual podría referirse a otro
animal, ya que, como digo, la belleza literaria está en la utilización
caprichosa pero oportuna de las palabras y el doble sentido que representan. No
sé qué decir sobre el paréntesis de “ila” “ile” que sigue a la palabra
cocodrilo, pero a mí me recuerdan los enardecidos gritos que daban los
conocidos Jordis durante la pasada
celebración del día del orgullo gay en Madrid reivindicando que, a partir de
ahora, se utilicen las palabras chicos,
chicas y chiques para identificar las respectivas condiciones sexuales. No
estoy seguro de que esa haya sido la intención de Ramón pero, como digo, su
castellano es una excusa para que cada lector haga su propia interpretación.
¿Rezuma humor negro el texto de este autor? Pues sí, pero no
sólo eso. Adentrarse en esta narración es atravesar una selva de palabras que a
la vez divierten e inquietan, y ensanchan el pensamiento, y sorprenden, y nos
empujan a ver el objeto desde otros ángulos, y a salir de la rutina de la
lectura diaria. Es como un cuento que te lleva constantemente a otro cuento, a
otra historia, a otro lugar. Un compendio de cultura y de actualidad
concentradas en unas pocas palabras. Algo así como contar lo que ocurre dejando
al lector la decisión de valorarlo.
Eugenio Feijoo
