Hice este cerdito de origami, que luego como véis introduje en una urna de metacrilato que encargué ex profeso para él, en el año 2008. Fue un obsequio para los dueños del restaurante TERRAMUNDI de Madrid, Gerardo y Juan, amigos míos, y puesto que el emblema de su local era -y sigue siendo- un cerdo. La figura está basada en un modelo del gran origamista español, también amigo mío, Juan Gimeno, y para su realización empleé un papel que ahora no puedo identificar técnicamente pero que, como puede apreciarse, venía que ni pintado, por su color y su rugosidad, para el motivo que deseaba representar.
El cerdo, desde que lo entregué a mis amigos del restaurante, está colocado en un lugar estratégico detrás de la barra, y siempre que acudo a comer allí puedo comprobar, con gran satisfacción, que se encuentra en perfecto estado de salud.
Espero que os guste. Y ahora, para terminar, voy a transcribiros una historia verídica sobre cerdos que ocurrió en la antigua Roma:
"En cierta ocasión unos malhechores atracaron su nave pirata en la costa de Etruria (Toscana) y, adentrándose en la región, tropezaron con un establo que albergaba muchos cerdos, propiedad de unos porquerizos. Los piratas se los apropiaron, los embarcaron y, soltando amarras, prosiguieron el viaje. Los porquerizos, mientras los piratas estaban en tierra, permanecieron quietos, pero, una vez alejados de la costa, a la distancia a la que llega el grito de un hombre, llamaron a los cerdos con la voz acostumbrada para que volviesen. Y en cuanto ellos oyeron la llamada, colocándose todos a un mismo costado del barco, lo volcaron. Los malhechores perecieron al instante y los cerdos llegaron nadando a donde estaban sus amos" (Eliano, Historia de los animales 8.19)
Buenas noches.
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