Me encontré con este monumento dedicado al gran escritor y dibujante español Antonio Mingote en el parque de El Retiro de Madrid. No sabía que existía y por eso mi sorpresa al tropezarme con él fue enorme. Lo que más me impresionó, creo, fue que hace muchos años participé en una cena con los "Amigos de Julio Camba", que él presidía, en un bonito restaurante de Madrid. Allí estaban también un sobrino nieto de Ortega y Gasset, la actriz Laura Valenzuela, la periodista Carmen Debén, que fue quien me llevó, y cómo no el gran Antonio Olano, ya fallecido, autor de ingeniosas frases, como la de "cuando quiero leer un libro, lo escribo", y otras por el estilo. Seríamos unas 25 personas.
Y del ambiente cálido, de la conversación inteligente, del agradable sonido de la cuchara contra el plato de sopa, Mingote, fallecido en el año 2012, pasa a ocupar su puesto a la intemperie, al sol, al frío y a ponerse como una sopa con la lluvia, en su querido parque del Retiro, que tanto quiso y dibujó, hasta el punto de que le llegaron a nombrar alcalde honorario de él.
La frase, también de Antonio Olano, que escribió bajo la estatua del torero El Yiyo, frente a la plaza de toros de las Ventas: "Murió un hombre y nació un ángel", podría aplicarse a muchas otras personas y en este caso a Antonio Mingote. Con Mingote solo compartí aquella cena, la primera y la última, en una mesa en forma de U. A Olano lo traté bastante. En cualquier caso, los dos han dejado ya su cuchara al lado del plato, como un objeto arqueológico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario