A esta alpaca le han cortado el pelo. Está fuera de su hábitat, pero parece contenta. La alpaca es también el pelo de este animal, que siempre rechacé porque "picaba" mucho la piel, o eso creía yo. Así vista, tan simpática, me recuerda a Platero, el burrito de Juan Ramón Jiménez, el poeta, porque, como él, parece de algodón. Al terminar la visita guiada, pude tocar un cesto de pelo de alpaca y, efectivamente, era muy suave y no picaba nada. En cuanto pueda, me vestiré con él.
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