Ayer, a mi regreso de las impresionantes minas de sal de Wieliczka, tuve la suerte de encontrarme en el centro de la ciudad con la comitiva del Lajkonika, símbolo de Cracovia y que sólo una vez al año baila sobre su caballo de juguete tocando con su mazo a los niños para darles buena suerte.
Yo no entendía por qué un tártaro era el símbolo de la ciudad, pero esto tiene su explicación porque en 1287, cuando los tártaros quisieron tomar por tercera vez Cracovia y estaban durmiendo junto al Vistula, fueron sorprendidos por los balseros del río, quienes los atacaron y vencieron y se vistieron con sus ropas y entraron divertidamente en la ciudad montados en sus caballos.
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