Este artilugio se llama "ratonera". Sirve para cazar ratones caseros. Una ratonera también tiene el significado de "refugio para ratones", pero en este caso es una trampa para cazarlos. Funciona de manera mecánica, es decir, no pertenece a la generación de objetos inteligentes, como los teléfonos móviles actuales, por ejemplo. A pesar de ser un invento antiguo, es eficaz como la vida misma, como puede verse en la fotografía con un infeliz cazado. Basta con poner una pequeña porción de alimento apetecible en el extremo de cada agujero para que el hambriento ratón se meta dentro para comerlo y, en el momento en que lo toque levemente, se active el mecanismo que atrapará su cabeza hasta la muerte. El queso es uno de los productos alimenticios que más les gusta, por lo que se uriliza mucho como cebo. Como digo, es un artefacto sencillo, en modo alguno inteligente, pero tampoco son inteligentes los ratones que se meten donde no deben, ¿por qué se meten, entonces? Muy sencillo, por un impulso irrefrenable, por el instinto de supervivencia que les provoca el hambre. Y este es el quid de la cuestión: ¡tengamos mucho cuidado si alguna vez nos tratan como a ratones y nos ponen delante un manjar exquisito que nos apetece probar! Puede ser una trampa, una ratonera con la que cazarnos.
domingo, 30 de junio de 2024
RATONERA
Este artilugio se llama "ratonera". Sirve para cazar ratones caseros. Una ratonera también tiene el significado de "refugio para ratones", pero en este caso es una trampa para cazarlos. Funciona de manera mecánica, es decir, no pertenece a la generación de objetos inteligentes, como los teléfonos móviles actuales, por ejemplo. A pesar de ser un invento antiguo, es eficaz como la vida misma, como puede verse en la fotografía con un infeliz cazado. Basta con poner una pequeña porción de alimento apetecible en el extremo de cada agujero para que el hambriento ratón se meta dentro para comerlo y, en el momento en que lo toque levemente, se active el mecanismo que atrapará su cabeza hasta la muerte. El queso es uno de los productos alimenticios que más les gusta, por lo que se uriliza mucho como cebo. Como digo, es un artefacto sencillo, en modo alguno inteligente, pero tampoco son inteligentes los ratones que se meten donde no deben, ¿por qué se meten, entonces? Muy sencillo, por un impulso irrefrenable, por el instinto de supervivencia que les provoca el hambre. Y este es el quid de la cuestión: ¡tengamos mucho cuidado si alguna vez nos tratan como a ratones y nos ponen delante un manjar exquisito que nos apetece probar! Puede ser una trampa, una ratonera con la que cazarnos.
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